Selección de textos

Kyle Chayka, The Longing for Less: Living with Minimalism, Nueva York, Bloomsbury Publishing, 2020.


Mi primera asociación con el término “minimalismo” no provino del mundo de los bienes materiales sino de la historia del arte. Esa especie de minimalismo, que tiene su propia M mayúscula, es diferente de las ideas y productos que ahora se etiquetan como “minimalistas”. Encontré el arte minimalista por primera vez en las clases de la escuela secundaria y luego lo busqué a través de una investigación automotivada en libros de la biblioteca. Me atrajeron las superficies pulidas y brillantes del arte de mediados de siglo encarnadas en las esculturas metálicas de Donald Judd, las luces fluorescentes de Dan Flavin montadas en las paredes de las galerías y los serenos lienzos cuadriculados de Agnes Martin. Esa estética severa también puede encontrarse en la arquitectura, en los bordes netos y los espacios inmaculados del modernismo de la Bauhaus, tan diferentes de los revestimientos de madera y las alfombras de la casa de mi infancia. El arte minimalista presentó una forma nueva e inesperada de contemplar y de estar en el mundo, más allá del mero vivir con menos posesiones.


Bibliografía



Kyle Chayka

The Longing for Less: Living with Minimalism

Nueva York, Bloomsbury Publishing, 2020